Durante las visitas que realizamos a la ciudad de Reykjavik dedicamos una buena parte de nuestro tiempo al urbano Lago Tjorn. Se encuentra ubicado en el corazón del casco antiguo y aparte de una gran diversidad de fauna con múltiples especies de aves (lideradas en número por patos y cisnes), el lago Tjorn pertenece a la historia local de Reykjavik ya que Ingolfur Arnason y sus colonos fueron los primeros en desembarcar por él en el siglo IX.
Ingolfur Arnarson fue el que le dio el nombre a Reyjavik llamándola “Bahía Humeante” por la cantidad de fumarolas que había en la zona por aquella época e instalándose su casa en ella.
A pesar de ser el parque más visitado por locales y extranjeros y teniendo en cuenta que era agosto no había prácticamente nadie en sus orillas por lo que pudimos disfrutar de una visita en solitario del lago Tjorn acompañados de una gentil banda de patos.
En las orillas de Tjorn se encuentran los edificios más importantes de la ciudad de Reykjavik: Parlamento, Casa de gobierno, Biblioteca Central y el Teatro Nacional se ven reflejados en sus aguas.
La actividad lúdica por excelencia en el Lago Tjorn es dar de comer a sus patos, es por ello que si viajas a Islandia con un bebé constituye una parada obligatoria. Como recomendación llevaros pan, cereales o cualquier alimento con el que poder alimentar la fauna local. Esto os proporcionara unos momentos muy entretenidos y divertidos a mayores y pequeños.
Durante nuestro paseo por la rivera de Tjorn nos encontramos con unos patos y decidimos echarles unas tortas de maíz que Helia no se había comido. Pronto el numero de hambrientos patos comenzó a aumentar viniendo de todas las partes, a estos se les unieron gaviotas y la escena bien merecía haber sido incluida en la película de “Los Pájaros”.
Joan comenzó a echarles también pan y los patos comenzaron a seguirle todos muy dispuestos en fila. Fue una divertidísima imagen ver a Joan convertido temporalmente en mama pata seguido de sus patitos.
No nos cabe duda que hacer una visita al Lago Tjorn en Reykjavik portando un picnic para descansar, almorzar en sus orillas y disfrutar con la fauna local tiene que ser de lo más relajante en un día soleado.
Preciosos los patitos en linea , muy hermoso lugar
ResponderEliminarFue muy divertido velos seguirnos tras el maíz!
EliminarUn abrazo Ricky
¡Hola Vero! no podía faltar, jajaja. Me ha encantado la visita al Lago Tjorn en Reykjavik. Por cierto ¿habéis estado varias veces en Islandia? o todo es en el mismo viaje. Como sea así ¡menuda paliza! Besoooos
ResponderEliminarPiluca formas ya parte indispensable de este blog :) Fue un solo viaje pero que dio para mucho!! y ya si te digo que fue solo una semana...
EliminarUn abrazo
A mí las aves me dan un poco de respeto... Si empiezan a venir en conjunto, salgo despavorida, jejeje
ResponderEliminarUn saludo ;)
Helena nos rodearon...hay que tener cuidado donde se sacan los gusanitos y el maíz!
EliminarUn abrazo
Menos mal que no son palomas que te vuelan encima y luego te dejan un regalito!
ResponderEliminarJejeje también había algunas de esas pero la mayoría eran preciosos patitos! Gracias por pasarte por aquí Eduardo!
EliminarSaludos