La Fortaleza de San Pedro y San Pablo preside con la dorada aguja de la catedral todo el firmamento de San Petersburgo. En su interior, blancos sarcófagos guardan los restos de la familia Romanov, asesinados durante la Revolución Rusa. Os invitamos a un paseo por esta infranqueable fortaleza y su peculiar playa rusa.
Abierto de Jueves a Martes en horario de 10AM a 16PM (horario de invierno) y hasta las 17:00 en verano. Miércoles: cerrado.
La entrada a la Catedral de San Pedro y San Pablo junto con la capilla cuesta 330 rublos. Esta entrada se compra por internet o en la taquilla (situada a la derecha de la entrada).
Existen más tickets para las diferentes exhibiciones pero decidimos sólo visitar la catedral.
La entrada a la fortaleza es gratuita.
Dirección: St Petersburg, Rusia, 197046.
La fortaleza de San Pedro y San Pablo se encuentra en la Isla Zayachi.
Metro parada: Gorkovskaya
Pedro I el Grande mandó construir una impenetrable fortaleza de piedra en la pequeña isla de Zayachi a las orillas del río Neva. Con forma hexagonal, está custodiada por 6 bastiones para su defensa. La fortaleza posee en su interior varios edificios entre ellos su insignia: la Catedral de San Pedro y San Pablo.
Siendo uno de los emblemas de San Petersburgo, la Catedral de San Pedro y San Pablo con su dorada y brillante aguja, es visible desde cualquier rincón de la ciudad. La Catedral tiene forma rectangular y su decoración dista mucho de los cánones de belleza de la arquitectura rusa, presentando una decoración atípica. En su interior destaca un dorado e impresionante iconoclasto barroco.
Durante 200 años todas las familias reales rusas han sido enterradas aquí en sarcófagos de mármol, incluido Pedro I el Grande. Conectada con la catedral se encuentra la Gran Capilla Ducal donde descansa el Zar Nicolás II con su familia, conocidos como los Romanov.
La fortaleza sirvió como alojamiento de la guarnición de la ciudad y como cárcel de presos políticos.
Fue tomada por los bolcheviques y sufrió grandes daños durante los bombardeos nazis de la Segunda Guerra Mundial, por lo que tuvo que ser restaurada tras ella.
Dando por concluida la visita al Hermitage y saliendo por la puerta que da al río Neva, nos encontrábamos en la tesitura de o bien intentar ir en taxi o tener el valor de cruzar el puente de la Trinidad. Nos parecía un agradable paseo, pero por otro lado temíamos que el gélido aire nos congelara durante el cruce del puente.
Finalmente y a falta de taxis comenzamos el camino hacia la fortaleza. A pesar de de lucir un radiante sol que hacia brillar con intensidad la aguja de San Pedro y San Pablo, el julio ruso nos ponía de manifiesto el porqué durante el crudo invierno, todo el río Neva se congela.
Tras 20 minutos de camino llegamos a la puerta de la Fortaleza de San Pedro y San Pablo. Antes de entrar, decidimos reponer fuerzas en el local de comida rápida situado junto al parque.
Finalizado el almuerzo comenzamos a cruzar el puente de acceso cuando vimos a nuestros pies patos y gaviotas revoloteando sobre la conocida como “Playa de San Petersburgo”. Un mullido césped a la orilla del río Neva en un día soleado ¿Quién se puede resistir a tal invitación? En unos minutos ya teníamos a Helia dándole tortas de trigo a los patos. Una amable señora que se encontraba allí con su familia se le acercó y le entregó más pan para que pudiera seguir engordando a las ávidos aves.
Al finalizar todos los suministros entramos en la fortaleza, compramos las entradas y caminamos hasta la Catedral. En su puerta una decena de personas se agolpaban, por suerte, los señores que la custodiaban al vernos llegar con la silla de paseo, nos facilitaron el paso.
La Catedral de San Pedro y San Pablo, posee un solemne interior en el cual destaca el iconoclasto y sus elevadas columnas. En los laterales se sitúan los blancos sarcófagos con pinturas de sus propietarios junto a ellos.
Un pasillo comunica la Catedral con la Gran Capilla Ducal, en el recorrido pudimos ver imágenes del Zar Nicolás II y de su familia, así como algunos elementos de su vida cotidiana. La capilla es totalmente austera y en color blanco.
Al salir de ella comentamos que quizás el precio de 330 rublos por la entrada era excesivo, ya que la visita se hacía realmente corta.
Rodeamos toda la fortaleza y llegamos a la puerta de entrada por el otro lateral.
Aunque sólo sea por ver la aguja dorada de la catedral de cerca, la Fortaleza de San Pedro y San Pablo es una agradable visita en la que disfrutar de un poco de la “playa de San Petersburgo” y de conocer el lugar donde se encuentran los restos de la famosa familia Romanov.
También te puede interesar:
Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada
Palacio de Catalina la Grande
Paseo en barco por los canales y el Rio Neva
HORARIOS, PRECIOS Y COMO LLEGAR A LA FORTALEZA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
HORARIOS
Abierto de Jueves a Martes en horario de 10AM a 16PM (horario de invierno) y hasta las 17:00 en verano. Miércoles: cerrado.
PRECIOS
La entrada a la Catedral de San Pedro y San Pablo junto con la capilla cuesta 330 rublos. Esta entrada se compra por internet o en la taquilla (situada a la derecha de la entrada).
Existen más tickets para las diferentes exhibiciones pero decidimos sólo visitar la catedral.
La entrada a la fortaleza es gratuita.
DIRECCIÓN
Dirección: St Petersburg, Rusia, 197046.
La fortaleza de San Pedro y San Pablo se encuentra en la Isla Zayachi.
Metro parada: Gorkovskaya
WEB
UN POCO DE HISTORIA DE LA FORTALEZA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
Pedro I el Grande mandó construir una impenetrable fortaleza de piedra en la pequeña isla de Zayachi a las orillas del río Neva. Con forma hexagonal, está custodiada por 6 bastiones para su defensa. La fortaleza posee en su interior varios edificios entre ellos su insignia: la Catedral de San Pedro y San Pablo.
Siendo uno de los emblemas de San Petersburgo, la Catedral de San Pedro y San Pablo con su dorada y brillante aguja, es visible desde cualquier rincón de la ciudad. La Catedral tiene forma rectangular y su decoración dista mucho de los cánones de belleza de la arquitectura rusa, presentando una decoración atípica. En su interior destaca un dorado e impresionante iconoclasto barroco.
Durante 200 años todas las familias reales rusas han sido enterradas aquí en sarcófagos de mármol, incluido Pedro I el Grande. Conectada con la catedral se encuentra la Gran Capilla Ducal donde descansa el Zar Nicolás II con su familia, conocidos como los Romanov.
La fortaleza sirvió como alojamiento de la guarnición de la ciudad y como cárcel de presos políticos.
Fue tomada por los bolcheviques y sufrió grandes daños durante los bombardeos nazis de la Segunda Guerra Mundial, por lo que tuvo que ser restaurada tras ella.
NUESTRA VISITA A LA FORTALEZA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
Dando por concluida la visita al Hermitage y saliendo por la puerta que da al río Neva, nos encontrábamos en la tesitura de o bien intentar ir en taxi o tener el valor de cruzar el puente de la Trinidad. Nos parecía un agradable paseo, pero por otro lado temíamos que el gélido aire nos congelara durante el cruce del puente.
Finalmente y a falta de taxis comenzamos el camino hacia la fortaleza. A pesar de de lucir un radiante sol que hacia brillar con intensidad la aguja de San Pedro y San Pablo, el julio ruso nos ponía de manifiesto el porqué durante el crudo invierno, todo el río Neva se congela.
Tras 20 minutos de camino llegamos a la puerta de la Fortaleza de San Pedro y San Pablo. Antes de entrar, decidimos reponer fuerzas en el local de comida rápida situado junto al parque.
Finalizado el almuerzo comenzamos a cruzar el puente de acceso cuando vimos a nuestros pies patos y gaviotas revoloteando sobre la conocida como “Playa de San Petersburgo”. Un mullido césped a la orilla del río Neva en un día soleado ¿Quién se puede resistir a tal invitación? En unos minutos ya teníamos a Helia dándole tortas de trigo a los patos. Una amable señora que se encontraba allí con su familia se le acercó y le entregó más pan para que pudiera seguir engordando a las ávidos aves.
Al finalizar todos los suministros entramos en la fortaleza, compramos las entradas y caminamos hasta la Catedral. En su puerta una decena de personas se agolpaban, por suerte, los señores que la custodiaban al vernos llegar con la silla de paseo, nos facilitaron el paso.
La Catedral de San Pedro y San Pablo, posee un solemne interior en el cual destaca el iconoclasto y sus elevadas columnas. En los laterales se sitúan los blancos sarcófagos con pinturas de sus propietarios junto a ellos.
Un pasillo comunica la Catedral con la Gran Capilla Ducal, en el recorrido pudimos ver imágenes del Zar Nicolás II y de su familia, así como algunos elementos de su vida cotidiana. La capilla es totalmente austera y en color blanco.
Al salir de ella comentamos que quizás el precio de 330 rublos por la entrada era excesivo, ya que la visita se hacía realmente corta.
Rodeamos toda la fortaleza y llegamos a la puerta de entrada por el otro lateral.
Aunque sólo sea por ver la aguja dorada de la catedral de cerca, la Fortaleza de San Pedro y San Pablo es una agradable visita en la que disfrutar de un poco de la “playa de San Petersburgo” y de conocer el lugar donde se encuentran los restos de la famosa familia Romanov.
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Que tendrán los patos que gustan tanto a los peques? La mía tampoco se puede resistir a darles de comer en cuanto que ve uno! jajajaja
ResponderEliminarSon un imán para nuestras niñas!!! Como les gusta darle de comer! Ademas el lugar invitaba a parar y relajarse un rato (sobre todo si hace sol!) Saludos!
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