Sint Marteen, viendo aterrizar aviones en Maho Beach

Estar bañándose en las cálidas aguas del Caribe mientras un Airbus te despeina podría ser una escena sacada de una película de Bruce Willis, pero como casi todo en la vida, la realidad supera a la ficción y en la pequeña isla de Sint Maarten, el Aeropuerto Internacional Princesa Juliana tiene la cabecera de pista junto a la preciosa Maho Beach otorgando una inusual perspectiva del despegue y aterrizaje de los aviones a todos los curiosos que a sus blancas arenas se acercan.

La Isla de San Martin se encuentra dividida en dos territorios, al norte Francia con su capital Marigot y al sur Países Bajos con su capital Philipsburg. El Aeropuerto Internacional Princesa Juliana se ubica en la parte holandesa.

Teniendo solamente unas pocas horas de escala durante nuestro crucero por el Caribe en la isla de Sint Maarten, salimos rápidos y veloces del puerto en dirección a la parada de taxis. Una vez allí, negociamos un tour por la isla de unas 3 horas de duración al precio de 20 dólares por persona (niños gratis) en una van con capacidad para 10.

Nada más comenzar el tour nos dimos cuenta de que nuestro guía-conductor era posiblemente la persona más sosa con la que jamás nos hayamos topado.

Con un sonido apenas perceptible al oído humano nos comento algo sobre casinos holandeses, villas de lujo y algún otro detalle sobre el comercio de tan peculiar isla.

El trayecto fue un poco aburrido hasta que por fin llegamos a la joya de la corona de la Isla de San Martin: la playa Maho y sus aviones.

Tras ver cientos de imágenes de esos jumbos y Airbus pasando a escasos metros de distancia de la playa, nuestra expectación era máxima.

La playa Maho se nos presentó como un hervidero de vida humana que con cámaras en mano esperaban el ansiado momento en el cual apareciera a lo lejos la silueta de una máquina voladora.

Junto a ella, un chiringuito tenía anotado en una pizarra los vuelos del día y sus horarios, aunque sin pizarra que te oriente te puedes hacer la idea de que cada 10 minutos ves uno.

No viendo ningún pájaro metálico en el cielo, estuvimos un rato en la playa a la espera del objeto volador identificado como Airbus. La que mejor se lo pasaba sin duda era Helia que pala en mano, removía la blanca arena.

Y de pronto, cual aleta de escualo en el mar, apareció en el horizonte un avión. Ni que decir, que la cámara de fotos echó humo para inmortalizar el momento. Te sientes hormiga bajo elefante cuando la sombra del avión se cierne sobre tu cabeza. Una gran y tupida verja con enormes carteles de “Danger” servía como fina línea de separación entre la playa y el aeropuerto. Estupefactos veíamos como incautos se aproximaban e incluso subían a ella para hacer fotos del momento aterrizaje-despegue. La imagen que más nos impacto fue ver a una madre con su bebe hacerse una foto junto al cartel en el momento del aterrizaje.

Parece ser que ya ha quedado en el olvido aquella turista que en 2011, encontrándose de la misma guisa fotografiando un avión desde la reja, salió volando por los aires chocando contra el suelo cuando se acciono una de sus turbinas.  Por suerte, solo presento lesiones leves.

Tras un par de aterrizajes y un despegue proseguimos la ruta por la isla de San Martin. Nuestra última parada fue la preciosa playa de Orient Bay de blanca arena. Un corto baño y partimos de regreso al puerto.

Tras nuestra visita panorámica a la Isla de San Martin nos quedo la sensación de ser una isla pequeña con no demasiado que ofrecer. Como recomendación para futuros visitantes con escasas horas en las isla, lo que más merece la pena son sus playas, de las mejores que vimos durante el crucero, por lo que centrar la visita en Maho Beach y Orient Bay es sin duda la mejor opción.