Una visita interesante y original que se puede realizar en Moscú es al Museo de la Cosmonáutica. Acostumbrados como estamos a ver las películas de la conquista del espacio por los yanquis y a sólo recibir información de los programas espaciales estadounidenses, nos gustó mucho conocer los avances que lograron los soviéticos en su programa espacial. El primer satélite que mandaron al espacio llamado Sputnik, la famosa perra Laika y la visita al interior de un módulo espacial son algunas de las joyas que encierra en su interior este museo de la Cosmonáutica, fundado como merecido homenaje al programa espacial soviético y sus logros.
De martes a Domingo desde las 10 hasta las 19 horas. Los jueves desde las 10 hasta las 21 horas. Lunes cerrado.
Adultos 200 Rublos. Si quieres hacer fotografías tienes que sacar una entrada extra que cuesta 230 con la que te dan una pulsera identificativa.
Nosotros fuimos a visitarlo en domingo y en la taquilla nos dieron las entradas gratis (se las estaban dando a todo el mundo). Mostré la cámara indicándole que íbamos a realizar fotografías y me dijo que pasara. Una vez dentro del Museo de la Cosmonáutica y a la segunda foto que realizaba, una señora mayor me dijo que tenía que sacar una autorización. Paco fue, pago los 230 rublos y yo me coloqué la pulsera. He de decir, que era la única de todo el museo que la llevaba puesta.
Dirección: 111, Propspekt Mira.
Para llegar a él lo mejor es utilizar el eficiente y ultrarrápido metro de Moscú.
Línea de Metro 6 (color naranja) en dirección a MEDVEDKOVO.
Parada VDNKH (ВДНХ)
En el séptimo aniversario del lanzamiento del Sputnik 1 (1964) fue inaugurado el gigantesco obelisco de 107 metros de altura con un brillante cohete en su punta. El monumento se encuentra recubierto de titanio y su base está formada por relieves de todos aquellos científicos, ingenieros, obreros y cosmonautas que habían contribuido en el programa espacial soviético.
Representa una larga columna de humo que deja un cohete rumbo a las estrellas. Casi dos décadas después, en 1981 fue cuando se inauguró el museo en su base.
Fuente: Wikipedia
Lo primero que te encuentras en la salida del metro es con el impresionante Monumento a los conquistadores del espacio. En un día soleado con pocas nubes, lucía radiante bajo el sol.
Debajo de su enorme estela se encuentra la entrada al museo.
Justo al lado de las taquillas se encontraba un simulador parecido a los que ponen en ferias con una interminable fila. El precio por probarlo era de 200 rublos, al parecernos una turistada decidimos no picar.
Entrando al museo, nos encontramos a ambos lados en las paredes siluetas en relieve de científicos importantes de la historia como Kepler, Newton o Albert Einstein, bastante bien logrados, junto con algunas fotos impresionantes de galaxias y estrellas.
Al entrar en la primera sala te encuentras de frente con el Sputnik, el primer satélite que mandaron al espacio y con el que empezaron por delante en la carrera espacial con los norteamericanos, junto a él se puede ver a la perrita Laika, famosa para nosotros por la canción de Mecano, y que fue el primer ser vivo enviado al espacio, lógicamente sin ningún mecanismo de mantenimiento vital. Después se pueden ver otros satélites y los primeros módulos espaciales y aunque todo está en perfecto ruso encontré fotografías y algún vídeo del primer ser humano que fue puesto en órbita, al menos vivo, Yuri Gagarin.
A lo largo del resto del museo existe una amplia muestra de trajes espaciales, los últimos ya muy preparados y modernos. El primero que vimos que se supone que fue de los primeros utilizados, era de color naranja con las siglas de la antigua Unión Soviética CCCP, para nosotros URSS, y que más se asemejaba a un vulgar mono que a un traje espacial. Yo refrené mis ganas de pedirle dos bombonas de butano para el quinto.
Es cierto que al ver esta exposición me vino a la cabeza lo valientes que tenían que ser estos primeros viajeros, de salir al espacio y jugarse la vida con unos medios tan precarios.
Al final de esta gran sala, se encontraba una enorme estatua de Yuri Gagarin.
En las siguientes salas se podían ver diseños más modernos, con maquetas de los primeros astronautas saliendo a un paseo espacial, múltiples cohetes e incluso el interior de módulos espaciales de salvamento. Uno de ellos se encontraba en un estado totalmente chamuscado de color negro por las altas temperaturas que había soportado en la reentrada en la atmósfera.
Aunque lógicamente había múltiplesfotos de los cosmonautas soviéticos y de sus trajes espaciales y uniformes no me pareció una exaltación de los logros soviéticos, porque también tenían una maqueta de la estación espacial internacional con un transbordador espacial acoplándose destacando las banderas de los países que habían colaborado en este proyecto.
Y además siguiendo la visita nos encontramos con una maqueta de los vehículos para recogidas de muestras en la luna y el vehículo de alunizaje de los americanos con uno de los trajes espaciales de sus astronautas.
Lo que más me gustó de todo el museo de la Cosmonáutica fue la visita al interior de un módulo, donde pude ver por primera vez como era un WC espacial, muy diferente a nuestro querido Toto.
El interior de este óodulo se tornaba estrecho y agobiante, en el centro se encontraba la mesa donde comían los astronautas y en el otro lateral los ordenadores y sistemas de control de la nave.
En otra de las secciones del museo, destacaban los preparativos que tenían que sufrir los astronautas como una mesa giratoria en la que ponían al sujeto para desencadenar mareos, para probar como los toleraba o bien para que se acostumbraran a soportarlos en el espacio.
Una vitrina con algunos ejemplos de los experimentos que se pueden realizar en el espacio con plantas nos resultó muy interesante.
Y la que más nos gustó fue la que describía los alimentos que tomaban los astronautas que parecían tubos de dentífricos entendiendo aquella frase de “tenemos comida por un tubo”. Junto a los tubos, varias clases de latas me parecieron graciosas y hace realzar lo difícil que tiene que ser la vida de estos valientes en el espacio.
Terminada la visita al Museo de la Cosmonáutica pusimos rumbo al Centro de logros Panrusos, al ser domingo mucha gente andaba por la zona. En ese momento de la tarde, Helia entró en autodestrucción, demasiadas emociones para un solo día, por lo que tuvimos que proceder en victoriosa retirada hacia nuestro hotel con la sensación de haber disfrutado mucho de nuestra primera toma de contacto con Moscú.
HORARIOS Y PRECIOS
HORARIOS
De martes a Domingo desde las 10 hasta las 19 horas. Los jueves desde las 10 hasta las 21 horas. Lunes cerrado.
PRECIOS
Adultos 200 Rublos. Si quieres hacer fotografías tienes que sacar una entrada extra que cuesta 230 con la que te dan una pulsera identificativa.
Nosotros fuimos a visitarlo en domingo y en la taquilla nos dieron las entradas gratis (se las estaban dando a todo el mundo). Mostré la cámara indicándole que íbamos a realizar fotografías y me dijo que pasara. Una vez dentro del Museo de la Cosmonáutica y a la segunda foto que realizaba, una señora mayor me dijo que tenía que sacar una autorización. Paco fue, pago los 230 rublos y yo me coloqué la pulsera. He de decir, que era la única de todo el museo que la llevaba puesta.
COMO LLEGAR
Dirección: 111, Propspekt Mira.
Para llegar a él lo mejor es utilizar el eficiente y ultrarrápido metro de Moscú.
Línea de Metro 6 (color naranja) en dirección a MEDVEDKOVO.
Parada VDNKH (ВДНХ)
UN POCO DE HISTORIA…
En el séptimo aniversario del lanzamiento del Sputnik 1 (1964) fue inaugurado el gigantesco obelisco de 107 metros de altura con un brillante cohete en su punta. El monumento se encuentra recubierto de titanio y su base está formada por relieves de todos aquellos científicos, ingenieros, obreros y cosmonautas que habían contribuido en el programa espacial soviético.
Representa una larga columna de humo que deja un cohete rumbo a las estrellas. Casi dos décadas después, en 1981 fue cuando se inauguró el museo en su base.
Fuente: Wikipedia
NUESTRA VISITA AL MUSEO DE LA COSMONÁUTICA EN MOSCÚ
Lo primero que te encuentras en la salida del metro es con el impresionante Monumento a los conquistadores del espacio. En un día soleado con pocas nubes, lucía radiante bajo el sol.
Debajo de su enorme estela se encuentra la entrada al museo.
Justo al lado de las taquillas se encontraba un simulador parecido a los que ponen en ferias con una interminable fila. El precio por probarlo era de 200 rublos, al parecernos una turistada decidimos no picar.
Entrando al museo, nos encontramos a ambos lados en las paredes siluetas en relieve de científicos importantes de la historia como Kepler, Newton o Albert Einstein, bastante bien logrados, junto con algunas fotos impresionantes de galaxias y estrellas.
Al entrar en la primera sala te encuentras de frente con el Sputnik, el primer satélite que mandaron al espacio y con el que empezaron por delante en la carrera espacial con los norteamericanos, junto a él se puede ver a la perrita Laika, famosa para nosotros por la canción de Mecano, y que fue el primer ser vivo enviado al espacio, lógicamente sin ningún mecanismo de mantenimiento vital. Después se pueden ver otros satélites y los primeros módulos espaciales y aunque todo está en perfecto ruso encontré fotografías y algún vídeo del primer ser humano que fue puesto en órbita, al menos vivo, Yuri Gagarin.
A lo largo del resto del museo existe una amplia muestra de trajes espaciales, los últimos ya muy preparados y modernos. El primero que vimos que se supone que fue de los primeros utilizados, era de color naranja con las siglas de la antigua Unión Soviética CCCP, para nosotros URSS, y que más se asemejaba a un vulgar mono que a un traje espacial. Yo refrené mis ganas de pedirle dos bombonas de butano para el quinto.
Es cierto que al ver esta exposición me vino a la cabeza lo valientes que tenían que ser estos primeros viajeros, de salir al espacio y jugarse la vida con unos medios tan precarios.
Al final de esta gran sala, se encontraba una enorme estatua de Yuri Gagarin.
En las siguientes salas se podían ver diseños más modernos, con maquetas de los primeros astronautas saliendo a un paseo espacial, múltiples cohetes e incluso el interior de módulos espaciales de salvamento. Uno de ellos se encontraba en un estado totalmente chamuscado de color negro por las altas temperaturas que había soportado en la reentrada en la atmósfera.
Aunque lógicamente había múltiplesfotos de los cosmonautas soviéticos y de sus trajes espaciales y uniformes no me pareció una exaltación de los logros soviéticos, porque también tenían una maqueta de la estación espacial internacional con un transbordador espacial acoplándose destacando las banderas de los países que habían colaborado en este proyecto.
Y además siguiendo la visita nos encontramos con una maqueta de los vehículos para recogidas de muestras en la luna y el vehículo de alunizaje de los americanos con uno de los trajes espaciales de sus astronautas.
Lo que más me gustó de todo el museo de la Cosmonáutica fue la visita al interior de un módulo, donde pude ver por primera vez como era un WC espacial, muy diferente a nuestro querido Toto.
El interior de este óodulo se tornaba estrecho y agobiante, en el centro se encontraba la mesa donde comían los astronautas y en el otro lateral los ordenadores y sistemas de control de la nave.
En otra de las secciones del museo, destacaban los preparativos que tenían que sufrir los astronautas como una mesa giratoria en la que ponían al sujeto para desencadenar mareos, para probar como los toleraba o bien para que se acostumbraran a soportarlos en el espacio.
Una vitrina con algunos ejemplos de los experimentos que se pueden realizar en el espacio con plantas nos resultó muy interesante.
Y la que más nos gustó fue la que describía los alimentos que tomaban los astronautas que parecían tubos de dentífricos entendiendo aquella frase de “tenemos comida por un tubo”. Junto a los tubos, varias clases de latas me parecieron graciosas y hace realzar lo difícil que tiene que ser la vida de estos valientes en el espacio.
Terminada la visita al Museo de la Cosmonáutica pusimos rumbo al Centro de logros Panrusos, al ser domingo mucha gente andaba por la zona. En ese momento de la tarde, Helia entró en autodestrucción, demasiadas emociones para un solo día, por lo que tuvimos que proceder en victoriosa retirada hacia nuestro hotel con la sensación de haber disfrutado mucho de nuestra primera toma de contacto con Moscú.
uoooooooooooo con lo que nos gustan estos museos a nosotros!! estaríabien poderlo comparar por el de USA ^_^
ResponderEliminarMe imagino que el de USA sera mucho mas grande, a nosotros nos ha sorprendido mucho, sera porque es nuestro primer museo espacial :)
EliminarFijate que no me llamaba al principio esta visita pero me ha parecido super interesante. El monumento es chulísimo.
ResponderEliminarA mi me encanto el monumento y no me esperaba que el museo fuera tan grande! Me flipo el traje y como tenían que salir los astronautas por detrás y ni que decir la comida por un tubo...Un abrazo
EliminarMuy interesante, la verdad es que desconocía su existencia y no lo visité, una pena.
ResponderEliminarA nosotros nos lo recomendó Oscar y fue todo un acierto. El primero que vemos de su clase y ademas muy entretenido, eso de acercar las estrellas a la tierra mola :) Un abrazo Jordi
EliminarGran post. Me ha hecho ilusion ver el museo a traves de vuestro relato y las fotos. Cuando estuve en Moscu no puede ir porque iba de viaje con mis padres y mi hermano y no tenian demasiado interes en temas espaciales. A mi es un tema que me ha entusiasmado desde crio, y como comentais, el programa espacial sovietico, que durante mucho tiempo fue por delante, era mas misterioso y se daba menos publicidad que el estadounidense.
ResponderEliminarSi vuelvo por Moscu lo ire a ver seguro.
Eso si, cibercolleja por mezclar a Laika y Mecano :(
Os recomiendo la novela grafica "Laika" de Nick Abadzis sobre la perrita mas famosa de la historia y de paso sobre el padre del programa espacial sovietico
El articulo esta redactado por don Paco, gran fan de Mecano...no digo mas! Gracias por la recomendacion de la novela, me haré con una para el niño. Y sin duda, este lugar te encantaría...un abrazo Enepi
EliminarAyyss con lo que me gustan esos museos y ese se me escapó, no sabía ni que existía, ahora tendré que volver!! da igual me encanta Moscú. Un besote!!
ResponderEliminarA nosotros nos lo recomendó el gran Oscar y fue todo un acierto! Nos encanto Pepa! Por cierto, buen viaje!!! muchos abrazos.
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