Una revista de aviones ultraligeros sobre una mesa fue el comienzo de esta aventura aérea. Tras una animada charla con su dueño (el cual era un experimentado piloto de avión) y comentarle que esa era la profesión frustrada del Doctor Paco, la sugerencia fue música para mis oídos: regalarle la experiencia de ser piloto por un día en la escuela de vuelo Aerohispalis, un detallazo que jamás olvidaría.
Paco siempre ha querido ser piloto de avión y su pasión por los modelos de la Segunda Guerra Mundial (en especial por su amado Spitfire) me ha arrastrado con él a conocer peculiares museos del mundo como el de Duxford, el IWM de Londres y el Museo de Guerra Patriótica de Moscú.
En estas visitas, sus ojos brillaban anhelando ponerse a los mandos de tan maravillosas máquinas voladoras surcando el azul cielo y atravesando un mar de nubes.
Pero claro, con el ajetreo diario de la vida más el coste que tendría, se hace “casi” imposible que realice un curso de piloto de avión. Es por ello que entre la oferta de experiencias que ofrece la escuela de vuelo Aerohispalis me parecieron geniales sus vuelos panorámicos de aventura en los cuales podría disfrutar de una clase particular de vuelo y además tener la oportunidad de pilotar una avioneta.
La Escuela de Vuelo Aerohispalis tiene desde 1988 los permisos de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Ministerio de Fomento) para operar como Centro de Vuelo así como la autorización para impartir cursos de piloto deportivo de ultraligero.
El director del centro es Emilio, piloto e instructor titulado con más de 15.000 horas de vuelos y apasionado viajero que ha estado en rincones del mundo increíbles.
Aeródromo de los Alcores, Autovía A-92, salida 23 a Mairena de Alcor
Coordenadas GPS: 37° 19’ 46’’ N 5° 43’ 25’’ W
Email: info@aerohispalis.com
Tlf.: 610 67 77 87
Duración: 20 minutos
Precio: 50 euros (IVA y seguros incluidos).
Vuelo de 20 minutos viendo desde el aire las instalaciones del aeródromo.
Duración: 30 minutos
Precio: 70 (IVA y seguros incluidos).
Vuelo de 30 minutos por el Alto de los Alcores llegando hasta el Parador de Carmona y regresando por la Vega del Guadaira. Durante el trayecto, el piloto te dejará los mandos del avión durante algunas fases del vuelo.
Duración: 1 hora
Precio: 135 (IVA y seguros incluidos).
Se sobrevuela las Marismas del Guadalquivir. Se puede pilotar la avioneta durante una parte del recorrido.
Duración: 1 hora y media.
Precio: 210 (IVA y seguros incluidos).
Recorridos a elegir:
También cuentan con cursos oficiales de vuelo de ultraligero.
Pues sencillamente porque el señor aviador me dijo que Emilio, aparte de ser un experimentado piloto, era la persona indicada para guiar a Paco en esta primera experiencia a los mandos de una avioneta.
Tras la maravillosa recomendación me puse en contacto vía email con Aerohispalis.
Me enviaron información de los diferentes tipos de vuelos para regalar que tenían, tras elegir el de mayor duración (el vuelo Panorámico de aventura es de una hora y media) y el recorrido (entorno de Doñana) tocaba decidir el día. Siendo en Sevilla no me quedaba otra que en fin de semana por los desplazamientos que tendríamos que realizar desde Málaga.
Aerohispalis opera de lunes a viernes por las mañanas y tardes y los sábados solo por las mañanas, por lo que el primer sábado que teníamos libre se llevó la reserva de la experiencia de piloto.
Clase+Ruta+Día elegido. Envié la transferencia de la reserva por el banco y el justificante vía email recibiendo a cambio el Diploma de Vuelo que le tenía que regalar a Paco.
Todo estaba listo para darle la sorpresa, por fin iba a poder ser Piloto de avión por un día.
Desde pequeño siempre he querido volar, incluso estuve planteándome ir a la academia militar para ser piloto militar cuando tenía 16 años, aunque me eché para atrás y la vida me llevó por otro camino, esta idea siempre ha estado en mi cabeza.
Después de muchos años finalmente el sueño se ha cumplido gracias a Vero, que en principio me organizó un viaje sorpresa y del que yo únicamente sabía el destino: una noche en Sevilla.
Lógicamente intrigado, no tenía la menor idea de que podía ser. Cuando Vero ya no pudo aguantar el secreto más me lo dijo y no podía dar crédito: iba a poder pilotar un avión.
Ni se me hubiera podido pasar por la cabeza, desde entonces la fecha ha estado marcada en el calendario ansiando que llegara el momento de ponerme a los mandos de una avioneta.
Y llegó el deseado día, esa mañana desayuné ligero porque recordaba demasiado bien el mareo tan grande que sufrí durante el sobrevuelo a las Líneas de Nazca.
Llegamos muy pronto al Aeródromo de los Alcores, aún estaba cerrado y estuvimos haciendo tiempo frente a su puerta inmortalizando el inicio de esta gran aventura aérea.
Cuando llegó Emilio (mi piloto instructor) entramos en al aeródromo y le mostré el diploma de vuelo en el cual estaba indicada toda la reserva que había realizado Vero.
Yo estaba algo nervioso pero muy pendiente de todas las instrucciones de Emilio.
Nuestro avión tenía un motor de 1200 cc, con unos 100 CV pero para solo unos 500 kg de peso, lo que le daba una gran relación de potencia/peso.
En primer lugar, me informó que él pilotaría el avión al principio y que a la vuelta me permitiría coger los mandos.
Realizamos el despegue y comenzamos la ascensión. Durante el trayecto me iba informando de las ciudades y pueblos que íbamos cruzando, los campos de nuestra querida Andalucía, dando un color verde precioso en un día con un radiante cielo azul, perfecto para volar!
Las marismas aún no estaban inundadas para la plantación del arroz por lo que lucían tonalidades ocres.
A lo lejos pude ver el parque de Doñana, el cual al ser un parque nacional tiene prohibido sobrevolarla en avión para respetar su fauna aérea.
Llegando a la zona de Huelva, me encanto la visión de los enormes invernaderos de fresas y finalmente al llegar al mar, se mostraron ante mis ojos sus paradisíacas playas plagadas de dunas e incluso aprecié a lo lejos, la desembocadura del río Guadalquivir.
Durante el vuelo, la conversación con Emilio fue de lo más amena ya que ambos tenemos en común nuestra pasión por viajar. Me habló de lejanos destinos fuera de los circuitos convencionales en los que había vivido experiencias increíbles.
En este punto del trayecto, llegando al mar notamos el brusco choque del viento procedente de tierra con la brisa marina, lo que generó turbulencias. Aquí Emilio giró el aparato, sobrevolamos unos instantes la línea de la playa y las dunas y volvimos hacia tierra y aquí llegó mi momento de gloria: me dió los mandos y me indicó que siguiera la línea que marcaba una carretera.
Al principio, el viento me movía el avión hacia los lados costándome mantenerlo alineado con la carretera y a la misma altitud (sobre 1900 pies), después cuando iba más estable, Emilio aprovechó para hacer fotos del paisaje, a mí pilotando e incluso una foto de los dos, todas chulísimas.
La siguiente referencia fue seguir hacia el este, me daba cuenta de la gran sensibilidad de los mandos los cuales a los mínimos movimientos míos o del viento me sacaban de la ruta fijada.
Finalmente entendí unas palabras que me dijo Emilio al principio: los indicadores están para ayudar pero hay que mirar fuera del avión para darse cuenta por las referencias externas sobre si te ladeas o no vas en la dirección adecuada, haciéndose las correcciones de forma más intuitiva. Esto me recordó cuando en un catamarán durante una excursión que hicimos en Varadero, me permitieron llevar el timón y las olas me empujaban suavemente teniendo que corregir el rumbo constantemente, pues pilotando el avión, la experiencia fue bastante parecida.
Corregir y mantener la línea recta durante el vuelo en avión es fundamental para evitar que el consumo aumente. Emilio me comentó que en un avión comercial ponen el piloto automático y va solo. Aquí el artista eres tú teniendo que hacer todo el trabajo. Con ello me di cuenta que la perfecta línea recta que llevaba Emilio era fruto de su larga trayectoria y experiencia aérea.
Poco a poco me fui haciendo con los mandos dibujando un trayecto aceptable. En el navegador tenía marcado el rumbo y lo hacía coincidir con la línea del objetivo. Incluso me permití el lujo de hacer un giro con la avioneta. Sin darme cuenta estaba ya en la fase de aproximación hacia la pista del Aeródromo de los Alcores.
Había conseguido pilotar el avión y traerlo de vuelta.
Emilio volvió a tomar el control del ultraligero, disminuyó totalmente la potencia del motor y comenzó a planear, realizando un descenso progresivo con una perfecta espiral. Cuando estaba el avión con la cola hacia la pista realizó un giro sobre el ala de 180 grados hasta apuntarla con el morro aterrizando suavemente, perfecto final para una gran hora y media de vuelo.
Y aquí terminó mi bautismo del aire, por fin había cumplido mi sueño de ser piloto de avión, una experiencia fantástica recomendable a todos aquellos que tengáis esta inquietud.
Teniendo que estar a las 09:30 en el aeródromo y viviendo a más de 200km de allí, no nos cabía otra opción que dormir cerca de Mairena de Alcor. Con un par de meses de antelación busqué alojamiento con las tres B en la zona próxima.
Sinceramente, cuando digo que viajar por España es más caro que por el extranjero, noches como esta me demuestran que estoy en lo cierto. Solo encontré un par de alojamientos en Booking por la zona y el único que tenía cama extra para Helia fue el Hotel Oromana en la zona de Alcalá de Guadaira, a 20 minutos de Mairena de Alcor.
La noche en habitación cuádruple (no había disponible triple) en alojamiento y desayuno en este hotel de 3 estrellas nos costó 124 euros.
Ubicado en el parque Natural de Oromana y de marcado estilo andaluz, cuenta con espectaculares vistas a toda la región. Junto a él se puede disfrutar del enorme parque Oromana que tiene una amplia zona de toboganes y juegos infantiles, senderos naturales y el acceso al río Guadaira.
Cuando abrí la puerta de la habitación me quedé sorprendida ya que la relación calidad precio no está para nada justificada; pagando más de 100 euros por noche me esperaba algo mejor. Las camas incómodas y la habitación pedía a gritos una reforma. Del resto de las instalaciones del hotel solo disfrutamos del desayuno que la verdad es que si fue espectacular a base de productos locales y recién hechos. El café estaba delicioso y el pan buenísimo. Helia desayunó como una campeona.
En la factura de la noche de alojamiento y al reservar una habitación cuádruple, nos cargaron el importe de 4 desayunos, algo inconcebible cuando solo se alojan tres huéspedes.
En definitiva, fue el único que encontré cerca por lo que no tuve más opciones de alojamiento y como lo que primaba era la sorpresa que le iba a dar a Paco, pues lo reservé.
Y este ha sido el bautismo aéreo de Paco. Por fin ha cumplido su sueño de ser piloto de avión por un día, experiencia que espera repetir ampliada durante un curso de aviación.
Paco siempre ha querido ser piloto de avión y su pasión por los modelos de la Segunda Guerra Mundial (en especial por su amado Spitfire) me ha arrastrado con él a conocer peculiares museos del mundo como el de Duxford, el IWM de Londres y el Museo de Guerra Patriótica de Moscú.
En estas visitas, sus ojos brillaban anhelando ponerse a los mandos de tan maravillosas máquinas voladoras surcando el azul cielo y atravesando un mar de nubes.
Pero claro, con el ajetreo diario de la vida más el coste que tendría, se hace “casi” imposible que realice un curso de piloto de avión. Es por ello que entre la oferta de experiencias que ofrece la escuela de vuelo Aerohispalis me parecieron geniales sus vuelos panorámicos de aventura en los cuales podría disfrutar de una clase particular de vuelo y además tener la oportunidad de pilotar una avioneta.
Escuela de Vuelo Aerohispalis
La Escuela de Vuelo Aerohispalis tiene desde 1988 los permisos de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Ministerio de Fomento) para operar como Centro de Vuelo así como la autorización para impartir cursos de piloto deportivo de ultraligero.
El director del centro es Emilio, piloto e instructor titulado con más de 15.000 horas de vuelos y apasionado viajero que ha estado en rincones del mundo increíbles.
Dirección de Aerohispalis
Aeródromo de los Alcores, Autovía A-92, salida 23 a Mairena de Alcor
Coordenadas GPS: 37° 19’ 46’’ N 5° 43’ 25’’ W
Email: info@aerohispalis.com
Tlf.: 610 67 77 87
Tipos de Vuelos de Aerohispalis
Paseos Aéreos
Duración: 20 minutos
Precio: 50 euros (IVA y seguros incluidos).
Vuelo de 20 minutos viendo desde el aire las instalaciones del aeródromo.
Bautismo Especial
Duración: 30 minutos
Precio: 70 (IVA y seguros incluidos).
Vuelo de 30 minutos por el Alto de los Alcores llegando hasta el Parador de Carmona y regresando por la Vega del Guadaira. Durante el trayecto, el piloto te dejará los mandos del avión durante algunas fases del vuelo.
Vuelo de Iniciación: Piloto por un día
Duración: 1 hora
Precio: 135 (IVA y seguros incluidos).
Se sobrevuela las Marismas del Guadalquivir. Se puede pilotar la avioneta durante una parte del recorrido.
Vuelos Panorámicos de Aventura
Duración: 1 hora y media.
Precio: 210 (IVA y seguros incluidos).
Recorridos a elegir:
- Ruta de Costa: entorno de Doñana
- Ruta de Montaña: Sierra de Cádiz sobrevolando Grazalema, Ronda y Ubrique
También cuentan con cursos oficiales de vuelo de ultraligero.
¿Por qué elegir Aerohispalis en Sevilla cuando en Málaga también hay empresas que realizan cursos de pilotos de avión?
Pues sencillamente porque el señor aviador me dijo que Emilio, aparte de ser un experimentado piloto, era la persona indicada para guiar a Paco en esta primera experiencia a los mandos de una avioneta.
Como contratar una clase de piloto de avión en Aerohispalis
Tras la maravillosa recomendación me puse en contacto vía email con Aerohispalis.
Me enviaron información de los diferentes tipos de vuelos para regalar que tenían, tras elegir el de mayor duración (el vuelo Panorámico de aventura es de una hora y media) y el recorrido (entorno de Doñana) tocaba decidir el día. Siendo en Sevilla no me quedaba otra que en fin de semana por los desplazamientos que tendríamos que realizar desde Málaga.
Aerohispalis opera de lunes a viernes por las mañanas y tardes y los sábados solo por las mañanas, por lo que el primer sábado que teníamos libre se llevó la reserva de la experiencia de piloto.
Clase+Ruta+Día elegido. Envié la transferencia de la reserva por el banco y el justificante vía email recibiendo a cambio el Diploma de Vuelo que le tenía que regalar a Paco.
Todo estaba listo para darle la sorpresa, por fin iba a poder ser Piloto de avión por un día.
Piloto de avión por un día en la Escuela de Vuelo Aerohispalis (la experiencia de Paco)
Desde pequeño siempre he querido volar, incluso estuve planteándome ir a la academia militar para ser piloto militar cuando tenía 16 años, aunque me eché para atrás y la vida me llevó por otro camino, esta idea siempre ha estado en mi cabeza.
Después de muchos años finalmente el sueño se ha cumplido gracias a Vero, que en principio me organizó un viaje sorpresa y del que yo únicamente sabía el destino: una noche en Sevilla.
Lógicamente intrigado, no tenía la menor idea de que podía ser. Cuando Vero ya no pudo aguantar el secreto más me lo dijo y no podía dar crédito: iba a poder pilotar un avión.
Ni se me hubiera podido pasar por la cabeza, desde entonces la fecha ha estado marcada en el calendario ansiando que llegara el momento de ponerme a los mandos de una avioneta.
Y llegó el deseado día, esa mañana desayuné ligero porque recordaba demasiado bien el mareo tan grande que sufrí durante el sobrevuelo a las Líneas de Nazca.
Llegamos muy pronto al Aeródromo de los Alcores, aún estaba cerrado y estuvimos haciendo tiempo frente a su puerta inmortalizando el inicio de esta gran aventura aérea.
Cuando llegó Emilio (mi piloto instructor) entramos en al aeródromo y le mostré el diploma de vuelo en el cual estaba indicada toda la reserva que había realizado Vero.
Yo estaba algo nervioso pero muy pendiente de todas las instrucciones de Emilio.
Nuestro avión tenía un motor de 1200 cc, con unos 100 CV pero para solo unos 500 kg de peso, lo que le daba una gran relación de potencia/peso.
En primer lugar, me informó que él pilotaría el avión al principio y que a la vuelta me permitiría coger los mandos.
Realizamos el despegue y comenzamos la ascensión. Durante el trayecto me iba informando de las ciudades y pueblos que íbamos cruzando, los campos de nuestra querida Andalucía, dando un color verde precioso en un día con un radiante cielo azul, perfecto para volar!
Las marismas aún no estaban inundadas para la plantación del arroz por lo que lucían tonalidades ocres.
A lo lejos pude ver el parque de Doñana, el cual al ser un parque nacional tiene prohibido sobrevolarla en avión para respetar su fauna aérea.
Llegando a la zona de Huelva, me encanto la visión de los enormes invernaderos de fresas y finalmente al llegar al mar, se mostraron ante mis ojos sus paradisíacas playas plagadas de dunas e incluso aprecié a lo lejos, la desembocadura del río Guadalquivir.
Durante el vuelo, la conversación con Emilio fue de lo más amena ya que ambos tenemos en común nuestra pasión por viajar. Me habló de lejanos destinos fuera de los circuitos convencionales en los que había vivido experiencias increíbles.
En este punto del trayecto, llegando al mar notamos el brusco choque del viento procedente de tierra con la brisa marina, lo que generó turbulencias. Aquí Emilio giró el aparato, sobrevolamos unos instantes la línea de la playa y las dunas y volvimos hacia tierra y aquí llegó mi momento de gloria: me dió los mandos y me indicó que siguiera la línea que marcaba una carretera.
Al principio, el viento me movía el avión hacia los lados costándome mantenerlo alineado con la carretera y a la misma altitud (sobre 1900 pies), después cuando iba más estable, Emilio aprovechó para hacer fotos del paisaje, a mí pilotando e incluso una foto de los dos, todas chulísimas.
La siguiente referencia fue seguir hacia el este, me daba cuenta de la gran sensibilidad de los mandos los cuales a los mínimos movimientos míos o del viento me sacaban de la ruta fijada.
Finalmente entendí unas palabras que me dijo Emilio al principio: los indicadores están para ayudar pero hay que mirar fuera del avión para darse cuenta por las referencias externas sobre si te ladeas o no vas en la dirección adecuada, haciéndose las correcciones de forma más intuitiva. Esto me recordó cuando en un catamarán durante una excursión que hicimos en Varadero, me permitieron llevar el timón y las olas me empujaban suavemente teniendo que corregir el rumbo constantemente, pues pilotando el avión, la experiencia fue bastante parecida.
Corregir y mantener la línea recta durante el vuelo en avión es fundamental para evitar que el consumo aumente. Emilio me comentó que en un avión comercial ponen el piloto automático y va solo. Aquí el artista eres tú teniendo que hacer todo el trabajo. Con ello me di cuenta que la perfecta línea recta que llevaba Emilio era fruto de su larga trayectoria y experiencia aérea.
Poco a poco me fui haciendo con los mandos dibujando un trayecto aceptable. En el navegador tenía marcado el rumbo y lo hacía coincidir con la línea del objetivo. Incluso me permití el lujo de hacer un giro con la avioneta. Sin darme cuenta estaba ya en la fase de aproximación hacia la pista del Aeródromo de los Alcores.
Había conseguido pilotar el avión y traerlo de vuelta.
Emilio volvió a tomar el control del ultraligero, disminuyó totalmente la potencia del motor y comenzó a planear, realizando un descenso progresivo con una perfecta espiral. Cuando estaba el avión con la cola hacia la pista realizó un giro sobre el ala de 180 grados hasta apuntarla con el morro aterrizando suavemente, perfecto final para una gran hora y media de vuelo.
Y aquí terminó mi bautismo del aire, por fin había cumplido mi sueño de ser piloto de avión, una experiencia fantástica recomendable a todos aquellos que tengáis esta inquietud.
La noche antes del Vuelo de Aerohispalis
Teniendo que estar a las 09:30 en el aeródromo y viviendo a más de 200km de allí, no nos cabía otra opción que dormir cerca de Mairena de Alcor. Con un par de meses de antelación busqué alojamiento con las tres B en la zona próxima.
Sinceramente, cuando digo que viajar por España es más caro que por el extranjero, noches como esta me demuestran que estoy en lo cierto. Solo encontré un par de alojamientos en Booking por la zona y el único que tenía cama extra para Helia fue el Hotel Oromana en la zona de Alcalá de Guadaira, a 20 minutos de Mairena de Alcor.
La noche en habitación cuádruple (no había disponible triple) en alojamiento y desayuno en este hotel de 3 estrellas nos costó 124 euros.
Ubicado en el parque Natural de Oromana y de marcado estilo andaluz, cuenta con espectaculares vistas a toda la región. Junto a él se puede disfrutar del enorme parque Oromana que tiene una amplia zona de toboganes y juegos infantiles, senderos naturales y el acceso al río Guadaira.
Cuando abrí la puerta de la habitación me quedé sorprendida ya que la relación calidad precio no está para nada justificada; pagando más de 100 euros por noche me esperaba algo mejor. Las camas incómodas y la habitación pedía a gritos una reforma. Del resto de las instalaciones del hotel solo disfrutamos del desayuno que la verdad es que si fue espectacular a base de productos locales y recién hechos. El café estaba delicioso y el pan buenísimo. Helia desayunó como una campeona.
En la factura de la noche de alojamiento y al reservar una habitación cuádruple, nos cargaron el importe de 4 desayunos, algo inconcebible cuando solo se alojan tres huéspedes.
En definitiva, fue el único que encontré cerca por lo que no tuve más opciones de alojamiento y como lo que primaba era la sorpresa que le iba a dar a Paco, pues lo reservé.
Y este ha sido el bautismo aéreo de Paco. Por fin ha cumplido su sueño de ser piloto de avión por un día, experiencia que espera repetir ampliada durante un curso de aviación.
Que emoción haber podido surcar los aires teniendo el timón :D un regalazo!!!
ResponderEliminarLe ha encantado! Me siento muy contenta de que le haya gustado tanto. Fue muy feliz durante el vuelo :)
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